Es conocido que la percepción y la experiencia de tus clientes nada más acceder a tu tienda hará que se animen a comprar o no. Múltiples estudios nos recomiendan ciertas acciones que podemos llevar a cabo. Algunas de ellas son acciones relacionadas con aspectos como la distribución de los espacios, la iluminación, el sonido ambiente e incluso los olores.
La experiencia dentro de tu tienda en realidad comienza desde su exterior. Un buen escaparate o en su defecto una rotulación llamativa y acorde con tu marca son el primer punto de contacto que puede llegar a invitar a entrar. Es importante no desaprovechar su potencial.
El escaparate puede estar configurado por una selección de productos o por algún diseño o concepto creativo que destaque algún mensaje comercial o campaña. En cualquier caso, el escaparate debe transmitir el primer mensaje y debe ser coherente con lo que el público va a encontrar en el interior.
La entrada
Nada más entrar, los clientes experimentan una transición entre el exterior y el interior, y comienzan a juzgar la tienda y comprobar si cumple con sus expectativas. ¿Veo productos de mi interés? ¿Es adecuada la iluminación? ¿Me gusta la música que suena de fondo?…
Si el espacio de tu tienda lo permite, coloca un primer set de productos a modo de isla en el hall o umbral de acceso. Eso hará que ralenticen el paso y comiencen a fijarse con detenimiento en tu oferta.
La importancia del lado derecho
Multitud de análisis y comparativas demuestran que el recorrido “natural” dentro de una tienda comienza hacia la derecha, o al menos, que la tendencia de nuestra mirada es hacia ese lado. No obstante, esto puede variar en función del tamaño de tu tienda o de si, por ejemplo, vendes ropa para ambos géneros o por rango de edades.
Guía a tu público a través de un recorrido
Por todos es conocido como las tiendas de IKEA o TIGER nos guían a través de un camino establecido mientras nos tientan con productos, promos, ofertas, etc.
En otro tipo de tiendas puede resultar algo más complicado utilizar este tipo de estrategia tan marcada. Sin embargo, siempre es posible guiar a nuestros clientes hacia un rincón u otro dentro de nuestra tienda, haciendo uso de rótulos, señalética o cartelería que haga destacar alguna promo o gama de productos, por ejemplo. Si colocamos estas llamadas de atención al fondo de nuestra tienda es muy probable que consigamos que nuestros clientes lleguen hasta ese punto, atraídos por la curiosidad.
Mientras tanto, durante el trayecto hacia el fondo de la tienda, podemos hacer que hagan pausas para echar un vistazo a otros productos que coloquemos estratégicamente a modo de islas en medio del camino.
Productos de impulso en caja
Finalmente, una vez que hayan recorrido todo el circuito por la tienda, llegarán a la caja y, una vez más, tendremos la oportunidad de ofrecerles una selección de productos que se suelen llamar “de impulso” y que incluyen tanto productos de primera necesidad como aquellos otros que complementen la compra que vayamos a realizar. Por ejemplo, en un supermercado es probable que encontremos en las cajas un display con pilas o baterías, chicles, tarjetas de regalo, etc. En un retail es probable que encontremos complementos, bisutería, perfumes, etc.
La importancia de cumplir las expectativas de los consumidores
Al final lo que cuenta es que tus clientes hayan encontrado no solo lo que iban buscando, sino que su experiencia en tu tienda haya superado sus expectativas, habiendo encontrado productos extras que no tenían en mente inicialmente pero que les han resultado atractivos para completar su compra.